miércoles, 25 de abril de 2018

La galleta Chepacorina, una tradición en los Montes de María

Desde hace más de 70 años, esta receta ha sido el orgullo de la región

La galleta Chepacorina, una tradición en los Montes de María

La galleta fundada por Josefa Corina Ríos Torres, sostiene gran parte de la economía del Carmen de Bolívar. 


Fabrica “Chepacorinas AFG S.A.S”, ubicada en el barrio La Popa, del Carmen de Bolívar, en dónde Carmen Delia Díaz, su esposo, Oscar Mejía y su equipo de trabajo, preparan, cocinan y envuelven las galletas a partir de la receta original que le heredó su padre.                                Foto por: Carolina Muñoz Bilbao. 

Carolina Muñoz Bilbao. 
Taller de redacción.
Barranquilla. De queso, azúcar, coco, harina,  leche y mantequilla, se componen las auténticas galletas Chepacorinas. Estas, que se consideran un tesoro en el Carmen de Bolívar, son galletas y panochas que desde hace más de 70 años, se han convertido en el orgullo y sostenimiento económico de la región.

Josefa, o más conocida como “Chepa” Corina Ríos Torres, fue la creadora de la receta que desde un principio conquistó a los Carmeros con su sabor dulce, el olor a mantequilla y la textura crocante y suave a la vez que caracterizan la galleta. Es por eso que a esta se le colocó su nombre: “Chepa” Corina.

Cabe resaltar, que dentro del equipo de trabajo de la fundadora “Chepa” Corina, estaba Francisco Díaz. Este, era su mano derecha y fue quien heredó el negocio cuando ella falleció.

“Inicialmente, la señora Josefa fue quien empezó con el trabajo de dar a conocer la galleta como algo tradicional. Mi papá era empleado de ella, era un trabajador de confianza. La señora no tenía hijos, ni nada de eso, entonces, ella siempre le decía a mi papá: “Francisco, tú eres quien va a heredar este legado mío, tú eres.” y como mi papá era una persona que también le gustaba mucho este arte, cuando ella falleció, el siguió la tradición.” Afirma Carmen Delia Díaz, Hija de Francisco Díaz.


Casa de la Chepacorina en el barrio La Popa, en dónde Carmen Delia vende las galletas.
Foto por: Carolina Muñoz Bilbao.

Luego de que Francisco Díaz falleció, sus cuatro hijos se dividieron y cada uno colocó un negocio de las auténticas galletas y panochas, uno de estos es “Chepacorinas AFG S.A.S.” Este le pertenece a Carmen Delia Díaz y a su esposo, Oscar Mejía. Quienes tienen una casa para vender y ofrecer las tradicionales y una fábrica a parte para hacerlas.

“Desde hace 3 años que mi padre falleció, nosotros los hijos seguimos el negocio, porque siempre estuvimos ahí, viendo y aprendiendo cómo se manejaban las cuestiones y ahora, cada quien tiene su negocio aparte, somos cuatro hermanos y cada quien hace su galleta, somos independientes.” manifestó Díaz.
 
Fábrica de “Chepacorinas AFG S.A.S”
Foto por: Carolina Muñoz Bilbao.
Por otro lado, el equipo de trabajo que hoy en día se esfuerza por mantener la tradición,  coincidió en afirmar que estas microempresas se han convertido en un ente fundamental de la economía del territorio, ya que sus familias, como las de muchas otras personas se sostienen gracias a todos los empleos y las ventas que nacen a partir de esta galleta.
 Las galletas se venden  en el mismo precio de siempre. La unidad cuesta 1.400 pesos y al por mayor las damos a 1.000 pesos” Sujeta, Edward García, Panadero del territorio.

La Chepacorina original se marca con una C y una H en la mitad, luego, se cocina a 400 grados centígrados, en un horno antiguo de ladrillo y barro, se deja calentar por media hora, luego de esto, se saca, esperan que se enfríe y por último se envuelven las galletas en unas bolsas de plástico transparente.
 “En la fábrica, hacemos las galletas originales con harina, queso, mantequilla, coco, para el sabor dulce, leche y azúcar, pero sobre todo, las hacemos con amor. Tú sabes que todo depende del amor con el que tú hagas las cosas para que te salgan bien.” Aseguró, Carmen Díaz.

Las Chepacorinas antes de marcar y de entrar al horno.
Foto por: Carolina Muñoz Bilbao.
Al paso del tiempo, la competencia en el mercado de la galleta fue aumentando, porque los vendedores de diferentes tiendas, panaderías o puestos ambulantes, copiaron la receta y empezaron a fabricar sus propias Chepacorinas, sin embargo, se dice que su sabor no es el mismo y que los verdaderos Carmeros reconocen el sabor exquisito de la fórmula original.
 “Desafortunadamente, hubieron trabajadores que estuvieron acá trabajando anteriormente con mi papá y existen una cantidad de Chepacorinas piratas por ahí, pero hay mucha diferencia entre esas y las que nosotros fabricamos.” Afirmó Delia. 






18 comentarios :

  1. Riquisimas!!
    Tengo famila en el carmen de Bolivar y no puedo regresarme a casa sin comprar unas de estas deliciosas galletas.

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  2. Que bueno es ver como sigue gustando lo tradicional

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  3. Qué orgullo ver noticias como esta. Una delicia la Chepacorina.

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  4. Tengo familia allá en el Carmen y cada vez que vamos no nos podemos devolver sin comer de estas ricas galletas, pero no sabía nada de su historia. Muy chevere esta noticia!

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  5. Excelente información, qué buena redacción

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  6. Me siento orgullosa de ti, hija. Qué buen texto

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  7. Que bueno leer estas noticias e instruirnos un poco más sobre otras culturas.

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  8. Donde se puede contactar para los pedidos?

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