Por Angie Isabel Cueto Martínez.
En la vía Santa Marta – Barranquilla encontramos a Pueblo Viejo, un municipio del departamento del Magdalena constituido por un 70 por ciento de cuerpos de agua entre los que se encuentran la Ciénaga Grande de Santa Marta y el Mar Caribe, a su vez este tiene corregimientos como: Bocas de Aracataca, Isla del Rosario, Palmira, Tasajera, Palos Prietos, Tierra Nueva, Nueva Frontera y Casa Loma.Cuando se avanza por esta carretera se observan pequeños locales que cuelgan en sus techos gigantescos pescados que giran con el viento proveniente del mar, este mismo que al igual que la ciénaga poseen diversidades de peces, todos frescos con buen color que encajan con las ostras y camarones ubicados en el mostrador atendido por su mismo dueños, todos carismáticos que a veces tienen el acompañamiento de algún ayudante, casi siempre sus hijos.
Después de pasar por Pueblo Viejo, el mismo camino se encarga de llegar a la Isla del rosario, un lugar caluroso pero a pesar de eso se ve por la mitad de sus calles a personas caminando, que sin importar el sol llegan a las terrazas a saludar a sus vecinos y otros simplemente se le observa en sus trabajos diarios, pescando o tejiendo atarrayas, labor ejercida no solo por adultos sino también por niños que tienen gran destreza en este.
El corregimiento Isla del Rosario se compone por 5 calles (Córdoba, Nariño, Santander, Ricaurte y Bolívar) y 4 carreras (Candelaria, San Martín, Rosario y Carmen) llamadas así en honor a los santos y héroes de la patria, su fundación se debe a unos pescadores de la ciénaga que llegaron allí a “ranchar” debido a que se explotaba sal en gran cantidad, resultando así el nombre Salinas.
Atraídos por el negocio del pescado y sal fueron llegando más habitantes de Santa Marta, Gaira y todo el departamento del Atlántico, afirma Carlos Meléndez creador del único libro que tiene el pueblo acerca de su historia.
Pero el nombre Isla del Rosario, nace por el obispo Rafael Celedón que vino desde Santa Marta en el año 1893 y después de recorrer sus calles dijo “la isla del rosario está rodeada de un rosario de manglares, debería llamarse isla del rosario, y por patrona debería tener a nuestra señora Virgen del Rosario”, narra el libro.
La mayor economía y atractivo de este pueblo se debe a su ciénaga, que al verla se torna muy tranquila, rodeada de manglares que al pasar en canoas se observan como los isleños con tanta habilidad con sus atarrayas atrapan a gran diversidad de peces, estos mismo que se han ido extinguiendo por la contaminación que “antes se daba por el papel y este se disolvía, pero ahora es plástico y para desintegrase demora mucho”, sostiene Héctor Rodríguez, representante de los pescadores artesanales.
Asimismo en la ciénaga se observa como la corriente se lleva las bolsas de basura y pañales desechables, que se encuentran con el desagüe de muchas de las casas que habitan allí, pero esta no es la única contaminación, debido a que ya se han encontrado peces que al abrirlos en sus viseras se haya carbón, por esta y muchas más razones se ha disminuido la pesca, dando como resultado que habitantes del corregimiento atrapen más camarón que pescado, como el caso del señor Jaime Meléndez, padre de 9 hijos, quien sostiene que “la pesca es matada, toda la santa noche despiertos”.
Pero si las basuras son un serio problema, el agua potable también lo es, porque a pesar de que los habitantes si cuentan con acueducto no les llega el mineral y deben pagar a un carrotanque por el líquido, no quedándoles dinero para cancelarle al camión de la basura que cobra 500 por los días que viene, tomando a la ciénaga como lugar para depositar sus desechos, a lo que Rogelia Díaz presidenta de la acción comunal responde diciendo que “lo primordial deben ser las capacitaciones en educación ambiental y el sentido de pertenencia, para solo así generar el cambio en La Isla del Rosario”, un paraíso que cuenta con una gran biodiversidad, que va desapareciendo por la falta de cultura y conocimiento.