domingo, 24 de noviembre de 2013

Las raíces de Macondo, Aracataca: La tierra del realismo mágico



El municipio de Aracataca es una población localizada al norte del departamento del Magdalena, cerca al mar Caribe; se halla a dos horas en bus, desde Santa Marta.
Sus casas son edificaciones de una planta, muchas de ellas construidas de madera que se mantienen en pie pese a los años; sin embargo las mas nuevas están fabricadas en material y aun así todas las fachadas están pintadas en colores vivos, predominando: el rojo, amarillo, anaranjado, verde y celeste.
En este amable y bonito pueblo donde la temperatura aumente con frecuencia su grado y sus habitantes durante el día usan sombrero para protegerse del sol, nació el 6 de marzo de 1927 Gabriel José de la Concordia Gracia Márquez quien vivió toda su infancia en este pueblo, en casa de los abuelos donde actualmente funciona “La Casa Museo Gabriel García Márquez”.
El encargado de hacer el montaje museológico y museográfico de toda la casa fue el Museo Nacional. En ella pueden encontrarse datos relevantes y anécdotas del escritor, también se cuenta sobre cómo era la vida con su familia, prácticamente toda la historia de este sitio se baso en su novela “Vivir Para Contarla”, además allí se encuentran las majestuosas habitaciones, la oficina de los abuelos, el taller de platería, la sala de las visitas, el patio, el cuarto de Sara Emilia, el cuarto hospital, el comedor, el corredor de begonias, el cuarto de los abuelos, el cuarto de Gabo cuando niño, la cocina y la despensa; cada parte de esta casa está marcada por alguna historia.
Etil Mora Sánchez guía turística del museo desde hace varios años, cuenta que su vida es mucho más satisfactoria desde que empezó a laborar ahí, aparte de ser admirar de GABO hoy tiene acercamientos con familia de él y esto le ha permitido tomar las riendas de esa bonita obra como lo es el museo.
“mi trabajo es contarle a los visitantes un poco más de la historia de Gabriel García Márquez en Aracataca”.
Sería imposible no recomendar la tierra mágica de Macondo y destacar el espíritu emprendedor de los cataqueros que anhelan que el ferrocarril que pasa cada hora, lleve y traiga pasajeros, en vez de carbón.


Presentado por:




Jelka Montaño

Casa Museo: La génesis de un Nobel


Son las 8 de la mañana en Aracataca y ya los habitantes del pueblo empiezan sus labores diarias, la plaza está llena de comerciantes, obreros y uno que otro turista. Se observa a un costado del parque un camión repleto de guineo, quizá proveniente de la zona bananera el cual en su recorrido dentro de la ciudad pasa por una casa que luce distinta, como detenida en el tiempo, se trata de la casa donde vivió los primeros 10 años de vida el único Nobel de literatura de Colombia, La casa Museo de Gabriel García Márquez.

En una esquina, rodeada de una cerca color verde, bastante amplia y de un blanco algo empañado por las recientes lluvias que se han hecho constantes en esta época del año, se encuentra la que fue la casa de los abuelos de Gabriel García Márquez y donde pasó sus primeros años de vida. La casa es un lugar de suma importancia porque como él mismo escritor dijo en varias ocasiones, su recuerdo más vivido y persistente es el de la casa donde nació el 6 de marzo de 1927, un domingo a las 9 de la mañana.

En el recorrido por la casa, se pueden observar las frases que construyeron los primeros libros de García Márquez, frases de libros como de  "El amor en los tiempos del cólera", "Cien años de soledad", entre otros. Las atracciones más importantes en una casa museo, siempre serán las pertenencias y la imitación casi exacta de los espacios que correspondían a la época en la que vivían los habitantes protagónicos, la casa de la esquina de Macondo no es la excepción. Al adentrarse en el lugar, se pueden apreciar los cuartos que pertenecieron a los abuelos de García Márquez, la cocina, el comedor y un cuarto reservado para los habitantes de la casa que cuando enfermaban  debían esperar la llegada de un médico, que como cuenta Antonio Pérez, vigilante de la casa museo, por lo general eran de Santa Marta y el paciente debía esperar todo el recorrido a caballo desde la capital del Magdalena hasta el municipio de Aracataca.

Lamentablemente sin un guía que explique cada espacio y objeto de la casa, se encuentra el lugar que más atrae a turistas a lo largo del año, la insignia del turismo cultural que aunque sea escaso, es parte fundamental en la economía de Macondo, del pueblo donde creció el primer y único Nobel de Colombia. 


Presentado por:




Omar Abello


Un día en Cataca


Aracataca, más conocida como Macondo, aquel pueblo de ensueño que dibujaba García Márquez en sus cuentos perdidos entre la realidad y la ficción, pero Aracataca es mucho más que esto, es mucha más historia, es un pueblo en el olvido de Colombia. En ¨cataca¨ como le dicen sus habitantes,  se percibe día y noche un ambiente festivo, su gente es alegre y carismática, a pesar de que vivan entre pobreza y abandono. Al recorrer las calles se puede notar que en realidad es un pueblo mágico, y las abuelas parecen sacadas Macondo.

Al llegar al pueblo notamos que  la plaza principal estaba casi vacía, cuando suele encontrarse todo el pueblo reunido en ella, nos sentamos en una tienda a observar y contemplar el paisaje que nos ofrecía el pueblo, nos dimos cuenta que la poca gente que veíamos pasar era de género masculino, y al cabo de un rato nos encontramos con la respuesta, las jóvenes y mujeres del pueblo se encontraban en una manifestación pidiendo por la paz, aunque nos quedaba un interrogante las mujeres no podían ser toda la población de Aracataca, todavía se veía muy poca gente, seguimos sentados en la tienda esperando encontrarnos con otro suceso, cuando de pronto todo el pueblo quedo en absoluto silencio, las tiendas apagaron sus equipos de sonido y pico, las personas detuvieron la actividad que estaban realizando y todos voltearon hacia una calle, y encontramos la razón de este raro suceso; venía una carrosa fúnebre con una procesión de gente detrás de ella, las personas lloraban a su muerto y el pueblo entero parecía acompañarlos en su dolor y no solo esto, sino sentirlo y respetarlo. Ahí fue que pudimos entender cómo es que en ataca la gente vive feliz a pesar de tener tan poco, resulta que en este lugar las personas se quieren como familia, ese momento fue muy bonito ver como todo el pueblo quedo en silencio al paso de su muerto.
Aracataca es un pequeño rincón de Colombia que vale la pena visitar, es un pueblo lleno de historia, que merece ser conocido más que por el hecho de que Gabriel García haya nacido allí, aunque es muy motivador saber que de este lugar perdido haya salido un Nobel, en este sitio la gente muere de vieja y muere feliz, todos viven en paz y se cuidan como familia. 

Presentado por:



Andrea Collantes
Anny Vega Zuleta










sábado, 23 de noviembre de 2013

Un "Buendía" en Aracataca


Son las 6:00 de la mañana y Tim ann't goor más conocido como Tim Buendía se despierta como ya es de costumbre con la ilusión de algún día poder finalmente ayudar y contribuir al turismo cultural de un pueblo que según él dice entre tristeza e impotencia "es muy importante, más allá de saber que Gabo haya nacido aquí”. Buendía apellido creado por él (para que los vecinos lo supieran pronunciar) se considera una persona aventurera, un trotamundos que a los 23 años decidió irse de su ciudad natal, Elburg y recorrer el mundo. 

Después de 8 meses de largos viajes en el que recorrió España y Perú, esta humilde persona se topó con el libro "cien años de soledad", escrito que cambió su vida por completo y lo ilusionó hasta llegar a su destino final, Colombia, con la fe intacta y la convicción de encontrar el pueblo mágico del que García Márquez hablaba en su más famoso libro, pero se estrella con la cruel realidad de un pueblo que de Macondo tiene muy poco.

"Pienso en el estado actual de Aracataca es una falta de respeto con la cultura colombiana y con la literatura mundial" dice Tim que también se asombra al saber que en la casa museo del Nobel no hay guía, el gobierno muy poco lo ayuda, pero aun así este gringo como es apodado por los habitantes de Aracataca, tiene la esperanza de ayudar a este pueblo, quién a veces por la falta de apoyo piensa en rendirse, pero al mismo tiempo se da cuenta que por esa misma razón es que está allí. 

Presentado por:

Ricardo Rodriguez



Molino chimila: 33 años al servicio de la región Caribe




Desde los años 80 el Molino Chimila abre sus puertas como respuesta a la necesidad de los cataqueros de tener su propia planta procesadora de arroz, esto dio lugar a que la demanda de las fincas cercanas fuera aún más grande. Desde los pueblos aledaños Reten, Fundación y Piñuela (magdalena) esta planta procesadora recibe su materia prima.
Este molino nace con la unión de dos agricultores de arroz Chicho Zade y Gabriel Pérez oriundos del Reten (Magdalena), y Cúcuta (Norte de Santander) que se vieron en la necesidad de crear una planta más cercana a sus fincas, puesto que para pilar su arroz ellos debían transportarlo a la ciudad de Barranquilla (Atlántico) lo que les generaba menos ganancia y más gastos. Esto le dio lugar a la creación de lo que hoy conocemos como el Molino Chimila, ubicado en la carrera 4 Nº1-229 barrio boston Aracataca (Magdalena) al lado derecho de la planta eléctrica de la empresa prestadora de servicio Electricaribe.
Para este entonces fue una fuente de empleo para la comunidad quienes diariamente maniobraban las maquinas las cuales necesitaban operarios para su funcionamiento, después de mucho tiempo de tener este tipo de labor la planta evoluciono  donde hoy por hoy se encuentran maquinas que reemplazaron a estos operarios lo cual produjo un recorte de personal dejando así  un promedio de quince personas laborando en la planta, personas capacitadas con estudios superiores, lo que ya no representa una gran fuente de empleo para los cataqueros que solo encuentran trabajo al momento de cargar y descargar los camiones con la materia prima estas personas son llamadas Coteros, como lo expreso nuestra fuente Luis López Cotero desde hace 20 años“ni quita ni pone”.
Hoy día la planta se perfila como unas de las mejores en el Caribe Colombiano produciendo para sus consumidores dos tipos de arroz, uno que lleva su nombre Chimila el cual es excelso y otro que lleva el nombre de Macondo  como el pueblo ficticio de la novela cien años de soledad del renombrado premio nobel colombiano Gabriel García Márquez originario de Aracataca, este arroz es menos fino debido a que su grano es más partido y por lo tanto se le denomina #2.

 Finalmente esta planta ya no cuenta con sus primeros propietarios, sus acciones y su dirección pasaron a manos del hijo de unos de sus primeros propietarios Diego Pérez (hijo de Gabriel Pérez) quien le ha dado buen manejo a la empresa familiar haciendo que la demanda de este producto sea de 200 bultos diarios, que ya no son solamente distribuidos en el magdalena si no en el Cesar, Atlántico, y bolívar.


Presentado por:


Heidy Sofía Arzuza
Misael Polo






Proyecto establecido del acueducto en Aracataca


Aracataca es un municipio colombiano del departamento del Magdalena. El municipio de Aracataca está localizado a 40msnm al norte del departamento del Magdalena, en la subregión Sierra Nevada de Santa Marta; tiene una temperatura promedio de 28 °C... El municipio de Aracataca, pertenece a la Zona Bananera, la cual está constituida por mantos sedimentarios del terciario, consistentes en afloramientos micénicos de areniscas pardas limosas, de estratificación cruzada; arcillas arenosas, pizarrozas, material metamórfico e ígneo.
Héctor Zuleta, Un habitante de este municipio se encuentra muy preocupado por la situación que en estos momentos se presenta en lo del proyecto del acueducto, comentando que en esta circunstancia se han recibido 20.000.000 millones de pesos desde el año  hasta la fecha actual y aun así de no se ha visto ningún resultado a dicho proyecto, así como este integrante del municipio son varias personas que se han quejado a este caso porque quieren un mejoramiento en su municipio y las administraciones del alcalde que acabo de culminar su mandato lo que hizo fue no colocar orden ni mucho menos el interés a esta aspiración.

Después de dichos abre bocas, y al saber de la visita que les iba hacer el presidente Juan Manuel Santos la contaduría de Bogotá hace una investigación, y se dan cuenta que no hay un final de este proyecto y que las cosas no se han terminado bien,  que lo que han hecho es engañar a las personas y a la comunidad de Aracataca con comentarios falsos.  

Presentado por:

Thalia Córdoba

Natalia Ropaín

Una golondrina no hace verano: Así responden los habitantes de Aracataca al preguntarles sobre el acueducto


“Aracataca es el pueblo del realismo mágico porque son 100 años sin acueducto”

El problema que vive desde hace mucho tiempo Aracataca municipio del Magdalena es sobre su acueducto, los habitantes del pueblo están muy preocupados pues ya hace tiempo que les prometieron un acueducto con agua potable y no resuelven el problema.
“La situación del acueducto de Aracataca ya ha sido acta de hace 100 años” así responde el locutor Jesid Arum Arias sobre el acueducto.
Aunque en el pueblo han pasado muchas administraciones que prometen brindarle a la gente de Aracataca agua potable las 24 horas del día, NO CUMPLEN.
La gente se ha pronunciado muchas veces a raíz de este problema que tiene a todo el pueblo descontento “lo que pasa es que Aracataca yo lo considero un pueblo pasivo” expresó Jesid sobre las manifestaciones de la gente, Arum además de ser locutor de la emisora Macondo Estéreo es Primo del actual Alcalde de Aracataca, “Yo me he pronunciado muchas veces pero las administraciones tanto de alcalde como gobernador dejan este problema a un lado” comentó Jesid sobre esta situación.
Pero la moneda tiene dos lados Cara y Cruz, algunos de los habitantes ya han perdido la fe sobre este problema ya que tienen un consuelo que es el Rio Aracataca, cuando el agua no llega ellos se dirigen al lugar para resolver sus problemas.
El otro lado de la moneda es la gente que siempre piensa positivo y que tienen confianza suficiente para creer que Aracataca pronto tendrá su acueducto.
Ancizar Vergara Director de la biblioteca de Aracataca, piensa que el pueblo pronto tendrá su acueducto.
“Cuando llego la Fruit Company hicieron los canales de riego y con eso era que se abastecía al pueblo de agua” Expresó Ancizar recordando la pesadilla del pueblo de Aracataca.
El 24 De Octubre fecha en la que se iba a inaugurar el acueducto junto la presencia del Presidente Juan Manuel Santos no se pudo realizar tal hecho. El presidente quería que el acueducto estuviera 100% terminado no 80 ni 70 el piensa que Aracataca debe tener su acueducto terminado completamente.
“Muy pronto Aracataca va a cumplir su sueño de tener un acueducto moderno ya que el actual Alcalde con el Gobernador del Magdalena se comprometieron a unos recursos que iba a mandar la nación para que el municipio de Aracataca tenga 24 horas de agua potable” Respondió Vergara.

Muchas cosas no dejan conformes al pueblo de Aracataca sin embargo, hay gente que cree que este sueño se cumplirá pronto que llegara ese día en que Aracataca tendrá su anhelado acueducto.

Presentado por:


Cristian Hincapié
Carlos Mario Álvarez


La estación del tren de Aracataca: Un patrimonio olvidado por Colombia



Puertas y ventanas cerradas, encubiertas por un mundo blanco del recuerdo, el tejado desgastadoafirmando que los años dejan su huella, y las arcaicas sillas de piedra, que rememoran tiempos pasados, son los vestigios que quedan de la antigua Estación del Ferrocarril de Aracataca, que sobre el pórtico principal aún conserva las letras amarillas con el famoso nombre del pueblo.
Fue para el año 1906 que la estación se construyó, contaba con dos plantas y estaba hecha de madera y zinc. En el piso inferior los viajeros arribaban o partían, allí la Santa Marta Railway Company vendía tiquetes a los pasajeros, y cuando estos llegaban al tren el conductor se cercioraba de su validez perforándolos para evitar su reiteradouso.
Según el historiador Venancio Bermúdez, la Estación del Tren de Aracataca durante muchos años tuvo sus puertas abiertas para miles de viajeros que llegaron a‘Cataca’ en busca de oportunidades para subsistir y prosperar, hastiados por los largos trayectos recorridos, y derrotados por no tener suerte en sus tierras natales.
“Traían consigo sus humildes vestiduras, venían en compañía de algunos familiares, animales, y útiles necesarios, que García Márquez en sus obras describe como toldas que instalaban próximas a la Estación y en el Camellón.” explicó Bermúdez.
Pero, siendo el tráfico de viajeros tan desmesurado, en Octubre de 1935 el edificio del Terminal Férreo fue demolido debido a su deplorable estado, y en su lugar fue construida la actual estación con cemento romano, la cual se inauguró el 24 de Marzo de 1936.
Al retirarse la UnitedFruitCompany (UFCO), en 1960, el Ferrocarril entró en decadencia y la desidia se hacía notable con el paso del tiempo. Escritos compilados del Centro de Documentación y Memoria Histórica PierreCothenet datan que los ferrocarriles nacionales de Colombia instalaron el servicio de AutoFerros, lo que causó que la Estación de Aracataca infortunadamente perdiera su importancia y los viajeros de tierras lejanas, tanto nacionales como extranjeras, no se asentaran más en el pueblo, “Con ello se dio inicio a una época de vacas flacas y de éxodo entre los habitantes de Aracataca” señaló irónicamente el historiador Bermúdez.
La Estación del tren se convirtió en un hito obligado, de mucha concurrencia diaria. El ferrocarril trajo aspectos positivos y negativos que marcan la historia del pueblo,García Márquez hace una alusión melancólica hacia los años en que el tren de su natal Aracataca dio marcha por primera vez “El inocente tren amarillo que tantas incertidumbres y evidencias, y tantos halagos y desventuras, y tantos cambios, calamidades y nostalgias, había de llevar a Macondo.” escribe en su obra Cien años de soledad. El  tren Trajo al antiguo municipio los estudios fotográficos con gabinetes ambulantes por las estaciones férreas en donde los primeros fotógrafos retrataban momentos familiares, celebraciones religiosas y deambulaban con su cámara en bicicleta montando su gabinete en lugares  en donde el paso de los transeúntes eran el pan de cada día.
Datos históricos encontrados en la biblioteca de Aracataca apuntan a que,en la década de los 60’s, al enlazarse el Ferrocarril con Bogotá, Medellín y Cali, muchas prostitutas procedentes de Córdoba y Bolívar llegaban al pueblo, lo que llamó la atención de la población masculina del sector, que gastaba sus pagos en la diversión y el placer ofrecidos por las trabajadoras sexuales.
El Ferrocarril desterró la memoria social de Aracataca y de otros pueblos de la Zona Bananera, la escasa población existente fue permeada por la "hojarasca humana" que trajo consigo, lo cual generó la amnesia histórica y cultural de estos pueblos, el chisme y el interés por conocer la vida del otro.
Actualmente la Estación del tren de Aracataca es considerada monumento histórico nacional, así lo asegura el ex director de la casa de cultura del poblado Ancisar Vergara“La estación de Aracataca es patrimonio nacional por decreto del ministerio de educación desde el 13 de Marzo de 1998. La mayoría de las estaciones del país lo son, pero la de aquí es muy especial porque cuando Gabo vino a vender su casa en 1950, se trasladó en tren desde Barranquilla y fue el momento en que vio la finca Macondo”. Sin embargo, sus puertas estáncerradas, y no entran ni salen viajeros como en sus años de gloria;sólo transitan trenes con carbón polucionando el ambiente y generando infecciones pulmonares en los habitantes del corredor férreo. Para los cataqueros que pasan por el lugar, es una odisea atravesar las vías férreas, temen no ver los letreros que les permiten seguir o detenerse en el momento exacto y que el tren los tome por sorpresa.
Por otro lado, los Gobiernos Nacional y Departamental están trabajando para implementar un corredor turístico Santa Marta-Fundación, este proyecto se espera a que esté listo a comienzos del 2014.Del mismo modo, la Fundación Leo Matiz, en honor a este ilustre fotógrafo procedente de Aracataca, ha llevado a cabo gestiones para realizar un museo en una de las oficinas en donde operaba la estación.Se mostrarán allí sus mejores fotos,aspectos de su vida y su trayectoria.

Aunque un poco descuidada con el transcurrir de los años, este patrimonio histórico es símbolo de orgullo para los lugareños de Aracataca, quienes esperan que los proyectos enunciados no sólo se cumplan, sino que también resurja el turismo en el pueblo, y la estación vuelva a ser concurrida y reconocida a nivel nacional e internacional, reviviendo así sus años dorados.

Presentado por:


Liseth Castillo
Margarita Name

Olga Padilla








Aracataca, más allá de Macondo




 “A pesar de ser una de las cuatro o cinco personalidades mas destacadas del siglo XX en su continente, García Márquez nació, como suele decirse <<en medio de ninguna parte>>, en un  pueblo de menos de diez  mil habitantes, la mayoría analfabetos, de calles sin asfaltar, carentes de alcantarillado, y cuyo nombre, es Aracataca”
Gerard Martin
    
En cada esquina del caluroso municipio de Aracataca se visualizaa Gabriel García Márquez. No existe una sola pared blanca que no sirva como lienzo para homenajear al literato. Entre retratos y citas se erigen las calles del municipio, y en ellas, sus habitantes, los cuales viven para mantener vigentes las historias de los Buendía. Sin embargo, la realidad que se vive en aquel lugar no es exactamente lo que se llamaría realismo mágico.
Gabo Márquez, el orgullo colombiano, ganó el nobel de literatura en 1982, y 31 años más tarde, Aracataca, solo vive del recuerdo del escritor, en cada muro hallase un tributo del mismo, sin embargo, dichos muros se caen lentamente. Por su parte, Márquez, tiene al pueblo que tanto lo recuerda en el olvido, ya que desde el 82 no ha visitado su tierra natal tanto como debería.
Es claro que el municipio no está del todo olvidado (no podemos quitarle el crédito a Márquez, es incuestionable que fue él quien inmortalizó a Aracataca rebautizándolo como Macondo), sin embargo, su subsistencia se debe a los miles de turistas, extranjeros, mochileros o fanáticos de la literatura, quienes llegan en busca de una experiencia digna del añorado realismo mágico.
Tal es el caso del vociferado “el ultimo de los Buendía” Tim, un holandés que con 23 años de edad decidió dejar su escarchado país natal –Holanda-  paraemprender un viaje en busca de una tierra que le brindara más calor. Pasando por España, Australia, Tailandia e india, llego a Perú, en donde a sus manos cayó un ejemplar de Cien años de soledad, y solo bastó el tiempo que se tomo en leerlo para decidir que su próxima (y hasta ahora última) parada sería el pueblo del que nadie da razón. “me vine gitaneando” explica Tim, el cual no encontraba su evocado Macondo, hasta que llego a Santa Marta, y fue ahí en donde comprendió que Macondo era solo un producto del universo literario de Gabriel García y que en realidad dicho pueblo era un reflejo de Aracataca.
Desde que llegó a Santa Marta, no le tomó mucho tiempo arribar a el pueblo de los Buendía y los Babilonia y en tan solo un día decidió que era allí donde quería pasar el resto de sus fechas, Tim dispuso que quería vivir como un Buendía y convertir a Aracataca en un reflejo de Macondo. Con este cometido, Tim crea un tour al que bautizó feel the magic of the real Macondo en donde ofrece recorridos en bicicleta por el pueblo y experiencias que mantendrán vivo el legado de Márquez.

Sin embargo dicho legado y dichos recorridos no nutren a la verdadera Aracataca, la cual más allá de Macondo no trasciende.
Aracataca fue fundada en 1885, pertenece a la zona bananera, cuenta con ríos, caños y lagunas ricas en biodiversidad de especies. (Haciendo omisión de la casa museo Gabriel García Márquez) el pueblo tiene como patrimonio la estación del ferrocarril, el camellón 20 de julio y la casa del telegrafista. Muchos de estos, están echándose abajo lentamente en el deterioro y el olvido, como es el caso del ferrocarril.
La primera vez que llego el tren a Aracataca,fue el 22 de octubre de 1906, para esa época era toda una primicia, el centro de la vida inquieta del pueblo, no obstante, muchos años más tarde sus paredes albergan soledad, olvido, descuido, y rieles oxidados; Las vías están en pésimo estado y sin embargo un tren todavía pasa por allí, No aquel tren lento y pesado que García Márquez describió como “una cocina que arrastraba a un pueblo”. Es el tren de la compañía Drummond, el cual recoge carbón y atraviesa la zona bananera veintiséis veces al día lo cual aumenta el deterioro de las líneas. Hoy, el tren carbonero se ha convertido en objeto permanente de la presión de la guerrilla hacia la Drummond. Varias veces ha sido volado con dinamita, mientras la compañía se rehúsa a pagar la llamada vacuna guerrilla.
Los únicos problemas no son el deterioro y el descuido de los sitios culturales, también habita la desatención a la urbe. Los cataqueros han tenido que soportar inconvenientes con el acueducto local; La última vez que se intento solucionar dicha complicación, fue en octubre del presente año,  se cancelo la inauguración ya que se presentaron fallas en las pruebas y la población que ha tenido que aguantar este problema durante ocho años, aún no disfruta de agua potable.
Entre todo esto, el turismo en Aracataca ha ido descendiendo, lo cual esta causando que muchos de los extranjeros que allí habitan se marchen, dejando el pueblo baldío, y en cierto aspecto esta situación impide el progreso. Sin embargo la población no se acongoja, mantienen vivo ese carácter festivo que es tan propio de la costa; Y desde el más pequeño hasta el más grande, sin importar que tenga o no formación académica, los cataqueros hacen sentir al turista que está viviendo los paisajes de cien años de soledad. Hablan con tal propiedad que se llega al punto de no importar si el narrador ha leído a García Márquez  o no, siempre luce como si al mencionar a los Babilonia, a lo Buendía o inclusive a los Márquez Iguaran hablara de algún pariente cercano; De esta manera el turista goza en el macondo real, la resonancia del macondo literario.

Ahora bien, cabe recalcar que más allá de lo que se lee, más allá de lo que se ve y sobretodo más allá de Macondo existe una Aracataca olvidada, la cual no está cerca de encontrar el reconocimiento propio más allá de García Márquez.

Presentado por:


Caterines García



María José Estrada

La Casa del Telegrafista, ruinas de un patrimonio cultural


El Realismo Mágico no ha bastado para mantener intactos los vestigios de La Casa del Telegrafista, un museo de artefactos y elementos que pertenecieron a la familia García Márquez. Su construcción se remonta a finales del siglo XIX cuando funcionó como oficina de telégrafos y correos, pertenecientes a la Red de Correos Nacionales, y, sin embargo aparenta más antigüedad, debido a su notable deterioro.
Las letras de un negro metal que corresponden al nombre de la casa están incompletas y las que faltan están trazadas en pintura negra.
En las descascaradas paredes internas de la casa se filtra el agua por agujeros en el techo y el patio, formando diminutas lagunas que a su paso, oxidan a los inocentes artefactos metálicos que residen a lo largo del suelo “Los dos proyectores de cine de Antonio Daconte, quien trajo el cine mudo al pueblo y fue personificado como Pietro Crespi en Cien años de soledad, son una porquería”, explicó Emilio Bustamante, habitante del barrio.
En la vivienda, se conservan una vieja máquina de escribir, un clavijero, los sellos y una sumadora marca Victor, artefactos de la época en que Gabriel Eligio García Márquez estuvo a cargo de la oficina y que,  por su triste estado se dan a la tarea de completar el deplorable cuadro de un patrimonio cultural que se extingue en la desidia. Además de cuadros y fotografías de Gabo y su familia.
No obstante, la Fundación El Macondo que Soñamos, dirigida por el poeta Rafael Jiménez, organizó una 'radiotón' para recoger recursos y arreglar las puertas, ventanas, techo y baño del lugar. "Los turistas demuestran mucho interés por la Casa del Telegrafista y ya es hora de que se mejoren sus condiciones sin que pierda su identidad, como ocurrió con la Casa Museo de Gabo, que quedó totalmente cambiada", dijo Jiménez.
Al final de la jornada, que contó con músicos y humoristas locales y fue transmitida por la emisora Macondo Estéreo apenas se recaudó 327.000 pesos. Ese dinero se invirtió en la reparación de las puertas de la fachada.
“En el acuerdo para la prosperidad que realizó en el presidente Juan Manuel Santos mencionó que daría un aporte de 1.000.000.000 de pesos para reformar la casa del telegrafista, Dios quiera que  en un tiempo no muy lejano comience la reconstrucción de este museo.” Expresó el guía turístico auxiliar Manuel Mojica.




Fernando Velázquez
Gheraldine Peñaranda










La verdad sobre el acueducto de Aracataca

Siete años, 12 contratos por $10.741 millones de pesos, crónicas,  y primera página en la mayoría de los periódicos de Colombia causan escándalos destapando la estafa con respecto al acueducto de Aracataca.
“Bueno y el tan sonado acueducto de Aracataca que Juan Manuel Santos iba a inaugurar al fin se lo robaron y quedó así no más. Cuentos de cuentos macondianos” denunció Abbel Sinning, usuario de la red social Twitter.Ésta es la falsa acusación que se hace acerca del acueducto de Aracataca.
Pero, ¿Qué tan cierto son los 12 contratos firmados?, mejor aún, ¿Qué tan creíble es la noticia ‘Cien años de esperar por el agua, la tragedia de Aracataca’ como lo señaló el 13 de agosto del presente año Noticias Caracol?
“A mí siempre me ha dado rabia cuando la gente dice que Aracataca lleva cien años sin agua, yo tengo 14 años aquí, mis ancestros son de éste municipio, y desde que tengo uso de razón siempre me he bañado con agua de la pluma, otra cosa es que antes el agua no era tratada” explicó Marisol Ojito, presidenta de la Acción Comunal del barrio Altos del Prado.
Además, aclaró que lo único verdadero por lo que se refiere a la falta de agua en Aracataca, era que su barrio duró un mes y tres días sin agua a petición de la comunidad, puesto que habían fugas y el agua se estaba desperdiciando. Después de este lapso de tiempo y con la ayuda de los trabajadores de las obras del acueducto y Tufith Hatum, alcalde del municipio, se pudo retomar el servicio del agua. E incluso agregó que creyó ridículo que un municipio bañado por dos ríos no tenga agua.
Es evidente que pocos conocen el verdadero funcionamiento de esto, y así mismo  desconocen que lo que hace siete años se está inaugurando no es el acueducto, son sus obras.
William Álvarez, ingeniero, asesor técnico y especialista en el tema de acueductos hace 20 años advirtió que al principio estas obras no eran bien manipuladas, las personas que estaban a cargo no se encontraban preparadas para realizar el proceso porque los cataqueros nunca habían tomado agua potable, y por este motivo no les resultaba importante el tema de consumirla.
A esto añadió una anécdota con la que se encontró cuando llegó el primer díade  trabajo a supervisar el funcionamiento de las obras:
“Cuando yo llegué por primera vez aquí me encontré con que todas las válvulas permanecían abiertas, por esta razón el agua que entraba para ser procesada se devolvía al rio”
En cuanto al acueducto de Aracataca no está siquiera terminado, las obras van avanzando hasta un 70 por ciento, bañando al municipio de agua purificada desde los estratos más bajos, hasta los más altos.
Lo más curioso es que a pesar de que menos de la mitad de los cataqueros, es decir, sólo un 20 por ciento  pagan el servicio del agua, entre estos los estratos más bajos, lo cuales se señalan como los más puntuales al momento de pagar por el servicio, siguen disfrutando de éste sin mayor inconveniente. El problema está en que realmente no les importa cancelar el pago de dicho servicio, pues se conforman con los posos que tienen en sus casas o con las famosas fugas, que se han encargado de dañar las redes (el material más caro e indispensable para el transporte del agua a las tuberías de los hogares de la comunidad).
“Lo que nos hace falta no es agua, sino cultura y cuidar nuestros materiales para valorar el agua pura, no conformarnos con el agua posada” indicóOjito.

Para finalizar, lo cierto de este dilema no está en el acueducto de Aracataca, ni siquiera en sus obras que no están totalmente terminadas, pero son de gran provecho para la comunidad. La cuestión radica en la falta de interés de los cataqueros por privilegiarse de un buen servicio, de un agua digna.



Presentado por: 



Caroline Bernier
Laura Gómez