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El popular barrio Pescaito es mucho más que un punto en el mapa de Santa Marta: es cuna de historias, tradiciones y personajes que han marcado la memoria de la ciudad. Sus habitantes sostienen, incluso, que fue allí donde nació la capital del Magdalena.
Con su propio carnaval, bailes folclóricos, expresiones religiosas y una identidad cultural única, Pescaito se ha consolidado como un territorio vivo que refleja la esencia samaria.
Existen varias versiones sobre el origen del nombre del barrio. Una de ellas asegura que, antes de la construcción de la carretera a Taganga, las mujeres de ese corregimiento cruzaban el cerro con poncheras cargadas de pescado para vender en Santa Marta. Al llegar a la meseta, los niños gritaban “¡llegó el pescaito!”, y con el tiempo, el lugar adoptó ese nombre.
Otra historia cuenta que en la subida de San Martín había una salina donde, al secarse, quedaban pequeños peces atrapados que la gente recogía para comer. Eran tan diminutos que no medían más de un dedo de largo, por lo que los vecinos comenzaron a llamar al sitio simplemente Pescaito.
Historia y cultura
Pescaito ha sido testigo de hechos históricos relevantes. Por sus calles entró el Libertador Simón Bolívar a Santa Marta, y en sus esquinas nació un fuerte legado cultural y deportivo que ha nutrido la identidad samaria.
El barrio es famoso por el Carnaval de Pescaito, por su aporte a la música popular y por ser cuna de grandes futbolistas como Carlos “El Pibe” Valderrama y Radamel Falcao García.
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La vida cotidiana en Pescaito se respira en cada esquina: grupos de amigos juegan dominó o cartas, vecinos conversan en las terrazas, y los fines de semana el sonido de los picós y la alegría de la gente llenan el ambiente.
Uno de los lugares más representativos es la cancha La Castellana, símbolo de trabajo comunitario y semillero de grandes estrellas del fútbol samario. Allí, el deporte convive con la cultura y se reafirma como un espacio colectivo de identidad.
La Calle 8, conocida como la Calle de las Piedras, fue escenario de bares y tabernas en los inicios del barrio y hoy conserva su importancia como punto de encuentro social y cultural.
También destaca la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, construida a mediados del siglo XX y aún centro espiritual para los habitantes no solo de Pescaito, sino también de barrios vecinos como San Martín y 20 de Julio.
Pescaito ha sido históricamente marginado y, en ocasiones, estigmatizado como un barrio de delincuencia e inseguridad. Sin embargo, sus habitantes reivindican con orgullo su esencia y sus raíces.
“Tenemos dificultades como todos los barrios, pero Pescaito es parte fundamental de Santa Marta. Aquí mantenemos nuestras tradiciones, como el carnaval”, dice un pescaitero de 48 años.
Es importante recordar que el barrio fue fundado por trabajadores del puerto y del ferrocarril, muchos de los cuales alcanzaron estabilidad económica y construyeron sólidas viviendas que hoy aún se conservan.
Pescaito en la memoria y la música
El barrio también ha trascendido gracias al arte. Carlos Vives inmortalizó su esencia en la canción Pescaíto, cuyo videoclip fue grabado en sus calles, mostrando al mundo la vitalidad y carisma del lugar donde “todo pasa”.
La frase “¡Todo pasa en Pescaito!” se ha convertido en un símbolo de identidad. Resume la vida barrial donde se cruzan la espontaneidad, la esperanza, la migración, el deporte y la cultura, elementos que hacen de este barrio un espacio único en la historia de Santa Marta.
Hoy, a casi 100 años de su consolidación, Pescaito sigue siendo un referente de la ciudad. Su historia, sus leyendas, su carnaval y su gente mantienen vivo el espíritu de la “Perla de América”.
Pescaito es historia, arte, deporte, cultura y resistencia. Es la Santa Marta auténtica, la que no aparece en las postales turísticas pero que late en el corazón de cada samario.
Porque como bien canta Vives: “Todo pasa en Pescaito”.
Solanyis Caballero Paz
Shadia Pineda


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