sábado, 23 de noviembre de 2013

La estación del tren de Aracataca: Un patrimonio olvidado por Colombia



Puertas y ventanas cerradas, encubiertas por un mundo blanco del recuerdo, el tejado desgastadoafirmando que los años dejan su huella, y las arcaicas sillas de piedra, que rememoran tiempos pasados, son los vestigios que quedan de la antigua Estación del Ferrocarril de Aracataca, que sobre el pórtico principal aún conserva las letras amarillas con el famoso nombre del pueblo.
Fue para el año 1906 que la estación se construyó, contaba con dos plantas y estaba hecha de madera y zinc. En el piso inferior los viajeros arribaban o partían, allí la Santa Marta Railway Company vendía tiquetes a los pasajeros, y cuando estos llegaban al tren el conductor se cercioraba de su validez perforándolos para evitar su reiteradouso.
Según el historiador Venancio Bermúdez, la Estación del Tren de Aracataca durante muchos años tuvo sus puertas abiertas para miles de viajeros que llegaron a‘Cataca’ en busca de oportunidades para subsistir y prosperar, hastiados por los largos trayectos recorridos, y derrotados por no tener suerte en sus tierras natales.
“Traían consigo sus humildes vestiduras, venían en compañía de algunos familiares, animales, y útiles necesarios, que García Márquez en sus obras describe como toldas que instalaban próximas a la Estación y en el Camellón.” explicó Bermúdez.
Pero, siendo el tráfico de viajeros tan desmesurado, en Octubre de 1935 el edificio del Terminal Férreo fue demolido debido a su deplorable estado, y en su lugar fue construida la actual estación con cemento romano, la cual se inauguró el 24 de Marzo de 1936.
Al retirarse la UnitedFruitCompany (UFCO), en 1960, el Ferrocarril entró en decadencia y la desidia se hacía notable con el paso del tiempo. Escritos compilados del Centro de Documentación y Memoria Histórica PierreCothenet datan que los ferrocarriles nacionales de Colombia instalaron el servicio de AutoFerros, lo que causó que la Estación de Aracataca infortunadamente perdiera su importancia y los viajeros de tierras lejanas, tanto nacionales como extranjeras, no se asentaran más en el pueblo, “Con ello se dio inicio a una época de vacas flacas y de éxodo entre los habitantes de Aracataca” señaló irónicamente el historiador Bermúdez.
La Estación del tren se convirtió en un hito obligado, de mucha concurrencia diaria. El ferrocarril trajo aspectos positivos y negativos que marcan la historia del pueblo,García Márquez hace una alusión melancólica hacia los años en que el tren de su natal Aracataca dio marcha por primera vez “El inocente tren amarillo que tantas incertidumbres y evidencias, y tantos halagos y desventuras, y tantos cambios, calamidades y nostalgias, había de llevar a Macondo.” escribe en su obra Cien años de soledad. El  tren Trajo al antiguo municipio los estudios fotográficos con gabinetes ambulantes por las estaciones férreas en donde los primeros fotógrafos retrataban momentos familiares, celebraciones religiosas y deambulaban con su cámara en bicicleta montando su gabinete en lugares  en donde el paso de los transeúntes eran el pan de cada día.
Datos históricos encontrados en la biblioteca de Aracataca apuntan a que,en la década de los 60’s, al enlazarse el Ferrocarril con Bogotá, Medellín y Cali, muchas prostitutas procedentes de Córdoba y Bolívar llegaban al pueblo, lo que llamó la atención de la población masculina del sector, que gastaba sus pagos en la diversión y el placer ofrecidos por las trabajadoras sexuales.
El Ferrocarril desterró la memoria social de Aracataca y de otros pueblos de la Zona Bananera, la escasa población existente fue permeada por la "hojarasca humana" que trajo consigo, lo cual generó la amnesia histórica y cultural de estos pueblos, el chisme y el interés por conocer la vida del otro.
Actualmente la Estación del tren de Aracataca es considerada monumento histórico nacional, así lo asegura el ex director de la casa de cultura del poblado Ancisar Vergara“La estación de Aracataca es patrimonio nacional por decreto del ministerio de educación desde el 13 de Marzo de 1998. La mayoría de las estaciones del país lo son, pero la de aquí es muy especial porque cuando Gabo vino a vender su casa en 1950, se trasladó en tren desde Barranquilla y fue el momento en que vio la finca Macondo”. Sin embargo, sus puertas estáncerradas, y no entran ni salen viajeros como en sus años de gloria;sólo transitan trenes con carbón polucionando el ambiente y generando infecciones pulmonares en los habitantes del corredor férreo. Para los cataqueros que pasan por el lugar, es una odisea atravesar las vías férreas, temen no ver los letreros que les permiten seguir o detenerse en el momento exacto y que el tren los tome por sorpresa.
Por otro lado, los Gobiernos Nacional y Departamental están trabajando para implementar un corredor turístico Santa Marta-Fundación, este proyecto se espera a que esté listo a comienzos del 2014.Del mismo modo, la Fundación Leo Matiz, en honor a este ilustre fotógrafo procedente de Aracataca, ha llevado a cabo gestiones para realizar un museo en una de las oficinas en donde operaba la estación.Se mostrarán allí sus mejores fotos,aspectos de su vida y su trayectoria.

Aunque un poco descuidada con el transcurrir de los años, este patrimonio histórico es símbolo de orgullo para los lugareños de Aracataca, quienes esperan que los proyectos enunciados no sólo se cumplan, sino que también resurja el turismo en el pueblo, y la estación vuelva a ser concurrida y reconocida a nivel nacional e internacional, reviviendo así sus años dorados.

Presentado por:


Liseth Castillo
Margarita Name

Olga Padilla








1 comentario :

  1. Las felicito niñas por este importante trabajo que han publicado y que es de interés para todos los colombianos y muchos extranjeros.

    Cordial saludo, Fabio P.

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