ENTREVISTA / Kairos y su trabajo por los menos favorecidos

Por Laura Vanessa Orozco Madrid

lauravorozcom@gmail.com

@LauraOrozcoM

 I Semestre Universidad Sergio Arboleda

Sergio Lizcano, filósofo de la Universidad Minuto de Dios de Bogotá, es el director y creador de la Fundación Kairos “el tiempo oportuno” radicada en Santa Marta; que cubre varios núcleos de la sociedad con dificultades. Éste filósofo comprometido con transformar y mitigar los problemas sociales, habló sobre su trabajo 

¿A qué se dedica la Fundación Kairos?

La Fundación tiene cuatro áreas de trabajo. Su énfasis es la formación humana y la formación en ética y valores. Las cuatro áreas de trabajo son: las comunicaciones a través de las redes sociales y la radio, específicamente; la otra área son los colegios y las instituciones educativas; las empresas, y el trabajo con población vulnerable, sobre todo con niños. Generamos espacios en Santa Marta y en Bogotá para los muchachos fomentando la ética y la espiritualidad.

¿Desde cuándo está desempeñando esta labor la Fundación?

Legalmente constituida está funcionando desde el 2 de diciembre de 2010, pero antes de eso veníamos trabajando desde el año 2002.

¿Qué  trabajo  cumple?

Yo soy el fundador. La fundación nace con una idea que germina dentro de mi corazón, inicia como un proyecto de vida y termina como un hijo de ‘Sergio Lizcano’. Además soy quien gestiona todas las actividades y realizo las conferencias. Soy la cabeza de la Fundación.

¿Qué fue lo que lo motivó a crear una fundación?

La Fundación tiene los pies en la tierra pero surgió de una locura. La locura fue que yo sentí un llamado de Dios, porque cuando salí del colegio (en el cambio de milenio) yo no sabía para qué servía, si para médico, abogado, ingeniero. Un día sentí que Dios me dijo “usted sirve para servir”. Me quedó la inquietud, comencé a prepararme, a leer en las bibliotecas y me di cuenta que la única herramienta que te ayuda a servir es la realidad en que te desenvuelves y eso sólo lo enseña el sentido crítico y común, y la filosofía hace eso, despertar esos sentidos en las personas, pensar en su interno. Entonces decidí estudiar filosofía y luego maduré y consolidé la idea de ayudar a los demás, sobre todo a los muchachos cuando salen del colegio y no saben qué hacer. Allí comencé a darme cuenta de una realidad y una problemática que viene desde niños: el maltrato de los padres, la mala asesoría y los vacíos académicos. Desde el año 2002 comencé a trabajar con la comunidad y a vincularme con muchachos que venían de sectas satánicas y emprendí la tarea de liderar grupos juveniles a través de arte, teatro, música y expresión oral mediante la cuentería. Liderando a esos grupos y viviendo la experiencia, más que todo con jóvenes y con niños, comenzó a nacer poco a poco la idea de constituir una fundación para trabajar de tiempo completo por esos muchachos que tanto necesitan mensajes de vida.

¿Qué objetivo quiere cumplir la fundación Kairos? 

La misión es fomentar comportamientos con contenido moral y ético para las cuatro dimensiones en las que trabajamos. En las empresas se les llama cultura organizacional, en los colegios son caminatas ecológicas, retiros, talleres; en las poblaciones vulnerables es gestión social o proyecto psicosocial, pero en resumido es darles un mensaje de vida a todos; decirle a quien pide limosna: “trabaje”, al empresario: “no robe, sea honesto”. Nuestro enfoque es darle mensajes que están detrás de las cosas que se les regalan a las poblaciones vulnerables, como los almuerzos, concientizando que el almuerzo no es limosna o mero asistencialismo sino que debe darle energías para que siga estudiando y para que sea alguien en la vida, pero alguien debe decírselo.

¿Por eso se dedicó a hacer conferencias en instituciones educativas?

Exactamente. Decidí concientizar a los muchachos haciendo convivencias, retiros espirituales, tratando de darles luces a los muchachos de cómo enfocar su vida que es a lo que vinieron a este mundo. Este mundo tiene una misión pero también tiene algo que puede afectar a la humanidad la cual está necesitando tantos mensajes de vida.

¿Qué sectores privilegia o protege la fundación?

Nosotros estamos donde nos llamen. No tenemos una sede específica pero siempre estamos recibiendo peticiones. Ahora recibimos una petición de acompañamiento a niños entre los 4 y 13 años, de un comedor comunitario de la Fundación San Vicente de Paul, pero ellos no tienen quién les dé mensajes a esos muchachos para que no hagan cosas irregulares. Hay señores, de ese sector que cubre la Fundación, que les dan mil pesos a los niños para acostarse en la línea férrea que queda cerca de sus casas mientras pasa el tren y los señores están tomando cerveza. En el comedor tienen las herramientas para alimentarlos pero no tiene los profesionales para llevarles un mensaje de tipo psicosocial.

Si no tienen sede específica ¿dónde tienen la documentación y lo que se requiere para constituir una fundación?

Como somos una fundación humilde, pobre y sencilla, comenzamos desde mi propia casa, y actualmente allí está la oficina central, ubicada en el Conjunto Villa del Mar #1 Manzana A casa 9 en el Rodadero. Allí operamos y escribimos proyectos psicosociales de los lugares de donde nos piden apoyo.

¿Qué ámbito de actuación tiene la empresa?

Nosotros también laboramos a nivel nacional. Nos pidieron recientemente apoyar en Barrancabermeja para desarrollar el encuentro de Jóvenes en Acción. De hecho, antes de constituirnos legalmente, trabajamos con la organización Minuto de Dios en Bogotá haciendo convivencias para niños y jóvenes.

¿Quiénes están colaborándole a la fundación?

Desde el principio nos está apoyando el presidente de la organización Minuto de Dios, el Padre Diego Jaramillo, que fue quien me dio el respaldo y la beca para hacer el estudio en filosofía. También estuvo allí vinculado con este equipo Fabián Alberto Chacón, Licenciado en Ciencias Bíblicas, y Yeimis Patricia Polo, Comunicadora Social y Psicóloga. Fabián actualmente está haciendo su trabajo desde la ciudad de Bogotá, perdimos un poco el contacto con él. Con Yeimis estamos trabajando a través del proyecto de la emisora Voces 89.4 FM en un programa radial. Mi programa es Mensajes de Vida (lunes a viernes) y el de ella es Hablemos en confianza (domingos) desde donde presta servicios de asesoría profesional.

¿Ese trabajo social que desarrollan en la fundación se traslada hasta la emisora Voces a través de los mensajes de Vida?

La fundación ha ido supliendo una serie de metamorfosis que le ha ido dando cuerpo poco a poco a lo que ya es. Gozamos de este y otros espacios y personas que se han venido vinculando. Por ejemplo, Anny Bolaños, instructora en teatro, Royman Cárdenas profesor de Marketing de la Universidad del Magdalena quien también se ido vinculando a la causa y nos acompaña con conferencias. Hay unos voluntarios que han ido mostrando un interés desinteresado: interesado en la causa, desinteresado en lucrarse.

¿Cuántas personas están trabajando en la Fundación?

Aproximadamente están trabajando 20 personas en la Fundación de manera intermitente, pero de manera permanente tenemos a Julio Barros “JJ” un muchacho intérprete de música para el área espiritual y otra cantante llamada Blanca. También está Manuel Cárdenas, un cantante santandereano quien nos ha acompañado en varias presentaciones. Otras personas también se han vinculado en la parte administrativa como Cristina Paola Orozco, mi esposa, quien nos ha ayudado a organizar y escribir los proyectos, a desarrollarlos y a ahorrar los ingresos que se tiene en la Fundación para poder dirigirlos y utilizarlos satisfactoriamente y no malgastarlos.

¿De qué manera se sostiene la Fundación?

Es un proyecto autosostenible. Cuando constituí la Fundación lo primero que no quise fue pensar en una organización que pidiera limosna, nadie nos da limosna, no la pedimos. Nos sostenemos a través de los servicios que realizamos en otros estratos sociales donde pueden pagar por las conferencias que hacemos, ellos nos pagan honorarios y la prestación de los servicios profesionales. Esto deja un excedente que va al fondo de la Fundación, con eso desarrollamos los proyectos y mi esposa se encarga de administrarlos. Reuniendo las ganancias a través de diferentes conferencias y actividades, obtenemos el valor suficiente para ejecutar los proyectos. No nos exponemos a dejar un trabajo a medias y tampoco salimos a trabajar sin los recursos suficientes para darle a la comunidad lo que se merece.

¿Han pensado en solicitar patrocinio al Estado?

Sí, pero todas esas gestiones con los diferentes entes territoriales son difíciles. Hay muchas fundaciones haciendo fila por eso, y hay muchas fundaciones que han conseguido el recaudo y se han robado ese dinero. Por ello, para pedir una ayuda solicitan muchos requisitos y no hay tiempo ni voluntad. A veces estamos escépticos con esas instituciones, prefiero trabajar solo y que las personas me vean trabajar y se vinculen, que digan “venga y lo ayudo, yo le aporto con esto”, trabajando con mucho esfuerzo y viendo el resultado de nuestro trabajo honesto.

¿Qué requisitos debe tener una persona que quiera aportar su mano de obra a la Fundación?

Lo principal es que debe tener claro qué es lo que quiere hacer, en qué quiere ayudar y cómo va a portar. Nosotros somos formadores de formadores de vida y se debe tener claro el proyecto de vida, en qué y cómo se quiere aportar y cuál es el talento. Con la propuesta y la voluntad todos son bienvenidos y se pueden comunicar conmigo al número de celular 3014632981.

¿Durante su época de estudiante de universidad, trabajó con fundaciones?

Sí, trabajé con la fundación Minuto de Dios, la Fundación Pisingos, y otra de los Padres Amigonianos, la Fundación Eudes (en Bogotá, sedes en Neiva, Cali, Cartagena, Medellín, Girardot, Nueva York) que fue uno de los trabajos que más me marcó porque es una fundación de niños enfermos de VIH en etapa terminal; con ellos estuve trabajando en Girardot, Bogotá y Neiva.

¿Con qué fundaciones están trabajando actualmente?

Estamos trabajando con la Fundación San Vicente de Paul constituida por los padres de la periodista Inés María Zabaraín. Su padre, el señor Orlando Zabaraín decidió ayudar, en su momento de pensión, a los niños de ese sector dándoles de comer. Él los vio desnutridos, con problemas de salud y decidió tomarse un espacio “arbitrariamente” en la comuna 7 de Santa Marta. Con unos contactos y amigos que él tiene, les llevan comida y con las mismas señoras de la comunidad arreglaron e improvisaron una pequeña cocina: un comedor comunitario. Comenzaron a prepararles almuerzo a los niños y determinaron una población específica, esto fue creciendo y actualmente son aproximadamente 280 niños que van diariamente. Además hemos trabajo con la Fundación Horizontes de Progreso en Navidad haciendo una campaña para llevar a los niños a conocer el acuario de El Rodadero, nos llevamos a casi 500 niños, nos regalaron las entradas y les dimos un día de recreación. También trabajamos con la Fundación Gotas de Esperanza, ellos no tiene recursos sólo la voluntad, hicimos un encuentro en un barrio invasión para recoger fondos y estuvimos haciendo actividades como conferencias y lúdicas.

¿Cómo llegó a contactarse con ustedes ésta Fundación con la que trabajan permanentemente? (Fundación San Vicente de Paúl)

A través del Padre Diego Jaramillo me contacté con ellos. Cuando terminé mis estudios le dije que me venía para Santa Marta a trabajar acá. Yo soy de Barrancabermeja pero me siento muy identificado con esta tierra porque aquí fue donde nació la inquietud vocacional de trabajar por la gente, aquí fue donde descubrí la problemática social. Él me dijo que aquí había una persona que estaba haciendo un trabajo interesante, Orlando Zabaraín, y me puse en contacto con él.

¿Qué mensajes, sugerencias, consejos les da a las personas que tienen la iniciativa le conformar una fundación pero por falta de recursos y apoyo dudan en hacerlo?

Yo les doy dos consejos: Primero, el consejo humanista, que le hagan para adelante, si tienen el sueño de ayudar a las personas y de vivir solamente de eso, háganlo, yo lo estoy haciendo y le cuento que me está yendo muy bien, me siento feliz y realizado, no me mato trabajando y tengo tiempo para mis amigos, mi familia y para disfrutar de la vida. Tenga claro su proyecto de vida y si lo tiene claro usted sabe cómo crecer y no se desespera si las cosas no le salen, tiene en sus manos un termómetro para medir si está haciendo las cosas bien o mal, en algún momento de su vida llega el boom y comienza un ciclo de bendiciones. El segundo consejo es en la parte económica, sea organizado y estructurado, no piense nunca que porque está trabajando en una fundación no le deja para vivir bien, claro que le debe dejarle para ser feliz y eso no quiere decir que por el hecho de ser una entidad sin ánimo de lucro no debe recibir un salario, de hecho las ONG en Suiza tiene ingresos de $6’000.000 por cada trabajador por sólo 4 horas, ellos entienden el concepto de economía. Nosotros en este país con mentalidad de pobres creemos que si tenemos un buen salario es porque nos estamos lucrando. Si se quiere tener una fundación, se debe tener claro que se merece un honorario como lo dice el Evangelio y debe generar unas regalías que son para el trabajo con la comunidad, el trabajo que te apasiona.

¿Qué progreso ha tenido la Fundación?

Esa es una pregunta interesante porque me hace mirar hacia adelante y atrás. Comenzamos sin nada, poco a poco fuimos adquiriendo cosas como sonido, video beam y demás recursos materiales, pero también hemos ido adquiriendo espacio y experiencia con el trabajo presidencial de Familias en Acción; el trabajo con 16500 madres líderes en Barrancabermeja ha sido unas de las cosas que nos ha dejado la Fundación. Comenzamos trabajando sólo con convivencias en colegios, luego pasamos a las universidades y posteriormente a las empresas donde generamos esa necesidad de crear espacios de capacitación, y finalmente el espacio radial donde hemos incursionado y nos ha ido muy bien. También creamos oportunidades de empleo; hay personas que nos ofrecen sus trabajos, textos, crónicas y otras cosas relacionadas con filosofía para niños; hay estudiantes practicantes de diseño gráfico. En la parte espiritual hemos experimentado los carismas en algunos de los encuentros con los jóvenes, por ejemplo en un encuentro en Bogotá estaba una niña con problemas cardíacos y sufrió 10 desmayos; científicamente no había nada que hacer y estaba en investigación, se la iban a llevar a Estados Unidos, oramos por ella y la enfermedad desapareció.

¿Las personas que trabajan en la fundación han tenido con antelación experiencias con otras entidades?

Todas las personas que trabajan con nosotros deben ser mínimamente conocidas. Con algunas personas hemos interactuado y las hemos conocido por su trabajo. Debemos saber que son personas buenas, con excelentes intenciones, con un nivel de profesionalidad y seriedad en su trabajo, madurez. La experiencia cuenta. Algunos son fuertemente experimentados  en el tema y algunos no.

¿La Fundación tiene alguna publicidad para el contacto con otras entidades?

Tenemos un portafolio de servicios, un brochure, una página web, una emisora virtual, un blog y página en Facebook. Trabajamos a través de las redes sociales, y también con campañas de mercadeo. Visitamos las empresas, les proponemos nuestros servicios profesionales. Reitero no pedimos limosnas. Esos contratos son los que nos financian para hacer los trabajos con poblaciones vulnerables.

¿Los medios de comunicación les han colaborado con la difusión del nombre de la Fundación?

No hemos gestionado fuertemente abrir puertas a través de los medios de comunicación. Hemos recibido propuestas por parte de un canal pero no he tenido la oportunidad ni el tiempo; pero la Emisora Voces nos ha brindado el espacio al cien por ciento. Sí nos gustaría que nos apoyaran y nos abrieran las puertas en otras entidades porque estamos que nos trabajamos y eso es lo que queremos.

¿Ha aprendido de las experiencias de las personas a través del trabajo con la Fundación?

Trabajar con la población vulnerable, que no es sólo la población pobre, nos enseña a poner los pies sobre la tierra. Cuando trabajamos con gente de estratos muy altos que están muy crecidos y que las problemáticas son totalmente diferentes, nos hacen generar consciencia de las cosas bonitas que tenemos y de que hay gente tan pobre que lo único que tiene es dinero. Cuando trabajamos con niños que no han desayunado, en poca ropa y descalzos, nos damos cuenta que hay abismos garrafales de diferencia social y de discriminación. Esto nos ayuda a crecer y madurar mucho en un cien por ciento.

¿Las personas favorecidas por la Fundación han manifestado gratitud?

No me gusta que mi equipo reciba esa gratitud, porque eso malacostumbra y si la gente no está agradecida no están de ánimo para servir. No podemos reducir nuestro emocionalismo a la actitud de agradecimiento del otro. El mayor signo gratitud es ver el cambio. Si las personas están agradecidas es porque quiere decir que estás haciendo bien tu trabajo y si no lo están es porque debes trabajar intensamente, hay mucho que hacer. Pero sí nos han manifestado de diferentes formas su agradecimiento, más que todo los niños. Uno de los niños, de 4 años, beneficiado por el comedor dijo: “A mí lo que más me gusta es que ustedes vienen siempre y no nos abandonan, no nos dejan solos”. Él siente la necesidad de nuestra compañía bajo un sentimiento de soledad, y saber que estamos allí para acompañarlos y apoyarlos es un sentimiento de gratitud que ellos están presentando.

¿Cómo se está proyectando la Fundación? (Visión)

Nosotros queremos crecer, proyectarnos a nivel latinoamericano, queremos expandir nuestros servicios a otras empresas y ciudades. Ya hemos trabajado en Santa Marta, Bogotá, Barrancabermeja, Bucaramanga, Barranquilla, pero queremos salir del país, ir a Argentina, Chile, Brasil, Ecuador, Venezuela, Perú, México. Queremos ver y mostrar nuestro trabajo en otros lugares y comenzar a romper fronteras porque también están necesitando de este trabajo. Necesitamos gente porque nadie quiere ayudar, siempre quieren para ellos mismo y no para los demás.

¿Qué mensajes nos deja a todos, pero especialmente a quienes son apáticos e indiferentes en cuanto al tema, y a las entidades tanto públicas como privadas?

Les digo a todas las entidades que se articulen, ellos trabajan con las uñas. Nadie que ama su trabajo, lo hace con las uñas sino desgarrándose desde lo más profundo del corazón, dando lo que le gusta y todo lo que tiene. Las personas deben vincularse a todo tipo de entidades y estas empresas deben hacer este trabajo con las personas que hacen el trabajo con pasión y organizadamente. Las cosas evidentes saltan a la vista. A las personas que son indiferentes les digo que, puede que ellos no tengan la visión de la problemática social y no pensar en los demás solo en sí y su familia, pero sea una gota de esperanza y un granito de arena para los que sí estamos haciendo. Hay muchas personas que se están suicidando, necesitando un plato de comida y un mensaje de vida, hay muchas jóvenes que están abortando y diciéndole no a la vida, sí al rencor, a la muerte; hay tantas cosas de nuestra sociedad superficial. Les respeto el parecer a las personas que creen que esto es para lucrarse, afortunadamente no vivo de ellos y ya tendrán la oportunidad y la vida se encargará de darle los mensajes a través de nuestros testimonios. No hay mejor testimonio de vida que quien pone en práctica lo que siente y piensa.

¿Tiene las esperanzas de que algún día el mundo pueda cambiar en gran parte y que ese mensaje pueda mover masas?

Tengo las esperanzas de crecer. Lo que más me hace sentir realizado es descubrir nuevas problemáticas y es una tarea  infinita que nos cuestiona a los seres humanos a definir cuáles son las necesidades del hombre, puesto que éste es eternamente insatisfecho y siempre está generando una inconformidad. Nuestra tarea es descubrir el vacío que tiene el otro, para darle la mano de ayuda. Los problemas se mitigan y se transforman, la meta es apaciguar todos los problemas. Yo no pierdo la esperanza de ser un gran aportador, no de solucionarlo todo, pero sí ser un gran abanderado en el tema y allí está mi gratitud con la vida y la sociedad.

 ¿Tiene alguna invitación para las personas que necesitan los mensajes de vida?

A todas las personas los invito a que sintonicen la Emisora Voces en los 89.4 FM de lunes a viernes, de 6 a 7 de la noche, a escuchar mensajes de vida. Ese es el espacio para que todos, independientemente del estrato social, escuchen buenos mensajes de vida, que se comuniquen con nosotros y nos cuenten sus problemas y necesidades. Este también es un espacio para las personas que no creen que hagamos una buena labor. El mensaje a través de la radio le llega a todos y a nadie le estamos pidiendo, y tampoco metiendo por los ojos algún mensaje más que el mensaje de vida, de amor y de esperanza que nos conduce a la paz y que todos los colombianos estamos buscando.