Mochileros, tratando de vivir del arte

Por: Kriz Arboleda Centeno.

En un rincón de Santa Marta encontramos un pueblo de pescadores llamado Taganga, ubicado en una ensenada rodeada de hermosas playas y montañas la cual lleva su mismo nombre. Este pequeño paraíso acoge a pescadores oriundos del lugar y extranjeros que han decidido residir en el pueblo y abrir negocios para laborar en turismo. Taganga recibe visitas de todo el mundo, esencialmente los mochileros; lo cual ha hecho que el pueblo se vuelva un destino obligatorio a visitar.

Los viajeros mochileros son personas que van alrededor del mundo, en este caso América Latina con poco equipaje y resolviendo sus problemas de viajes independientemente. Por lo general llegan a lugares y se quedan un tiempo indefinido, echan raíces y comienzan a laborar en lo que más caracteriza a los mochileros como lo es la artesanía. Con el fin de sustentarse económicamente.

Tal es el caso de Macarena Díaz, una joven argentina que lleva dos años en sus travesías; y llegó a Taganga hace dos semanas. “Es re lindo todas las culturas que conocemos y el arte que hacemos, pero no todo te los puedes pagar con tus ahorros así que comienzas a trabajar. Haces pulseritas entre otros y vendes montones en la playa”, cuenta Macarena, quien aprendió hacer artesanias en su primer destino de viaje, Ecuador en casa de una familia indígena junto con su compañero de viaje y novio Ignacio Cardoza.

“Produzco y vendo eso genera los ingresos que necesito, aunque migración no nos permita trabajar, igual tenemos que buscar la forma para conseguir dinero”, dice Ignacio, quien sueña viajar por toda Latino América junto a su novia. Su próximo destino es Panamá.

Hoy en día se ha generado una disputa entre artesanos y la policía, puesto que ellos laboran en el camellón de Taganga y generan invasión del espacio público lo cual está prohibido por la Ley. Varios artesanos expresaron que muchas veces no lo dejan laborar y en ocasiones realizan operativos donde decomisan su mercancía.

La inspectora de la policía de Taganga Yoli Bartier Barraza comenta que estos operativos son parte de la política que maneja el alcalde Carlos Caicedo. "Cuando se realizan operativos previamente ya se ha realizado una jornada de sensibilización explicando las consecuencias que con lleva que ellos estén allí".

Muchos artesanos extranjeros nunca reclaman que les devuelvan sus mercancias decomisadas en los operativos, por temor a tener que enfrentar otros cargos que les haga perder sus visas de turismo.

"Nosotros pedimos apoyo al gobierno, ya que no somos comerciantes, somos artistas" cuenta Juan David Benavides mochilero colombiano que lleva dos años de vivir en Taganga. Muchos artesanos piden ayuda, piden hacer una excepción a la regla para ellos poder vender su arte, se ven a sí mismos como antropólogos de la calle interactuando en diferentes sociedades y aprendiendo de mágicas y bellas culturas alrededor de Latino América.

Aproximadamente el 55 por ciento de los artesanos que hay en Taganga son mochileros. Estos viajeros se han vuelto parte de la cultura del pueblo y un atractivo muy característico para el turista, que pese a su apariencia, algo descuidada, son personas comunes y que solo quieren un espacio para vivir de su arte.