Puertas y ventanas cerradas,
encubiertas por un mundo blanco del recuerdo, el tejado desgastadoafirmando que
los años dejan su huella, y las arcaicas sillas de piedra, que rememoran
tiempos pasados, son los vestigios que quedan de la antigua Estación del Ferrocarril
de Aracataca, que sobre el pórtico principal aún conserva las letras amarillas
con el famoso nombre del pueblo.
Fue para
el año 1906 que la estación se construyó, contaba con dos plantas y estaba
hecha de madera y zinc. En el piso inferior los viajeros arribaban o partían,
allí la Santa Marta Railway Company vendía tiquetes a los pasajeros, y cuando
estos llegaban al tren el conductor se cercioraba de su validez perforándolos para
evitar su reiteradouso.
Según el historiador Venancio Bermúdez, la Estación del Tren
de Aracataca durante muchos años tuvo sus puertas abiertas para miles de
viajeros que llegaron a‘Cataca’ en busca de oportunidades para subsistir y
prosperar, hastiados por los largos trayectos recorridos, y derrotados por no
tener suerte en sus tierras natales.
“Traían consigo sus humildes vestiduras, venían en compañía
de algunos familiares, animales, y útiles necesarios, que García Márquez en sus
obras describe como toldas que instalaban próximas a la Estación y en el
Camellón.” explicó Bermúdez.
Pero,
siendo el tráfico de viajeros tan desmesurado, en Octubre de 1935 el edificio
del Terminal Férreo fue demolido debido a su deplorable estado, y en su lugar
fue construida la actual estación con cemento romano, la cual se inauguró el 24
de Marzo de 1936.
Al retirarse la UnitedFruitCompany (UFCO), en 1960, el
Ferrocarril entró en decadencia y la desidia se hacía notable con el paso del
tiempo. Escritos compilados del Centro de Documentación y Memoria Histórica
PierreCothenet datan que los ferrocarriles nacionales de Colombia instalaron el
servicio de AutoFerros, lo que causó que la Estación de Aracataca
infortunadamente perdiera su importancia y los viajeros de tierras lejanas,
tanto nacionales como extranjeras, no se asentaran más en el pueblo, “Con ello
se dio inicio a una época de vacas flacas y de éxodo entre los habitantes de
Aracataca” señaló irónicamente el historiador Bermúdez.
La Estación del tren se convirtió en un hito obligado, de
mucha concurrencia diaria. El ferrocarril trajo aspectos positivos y negativos
que marcan la historia del pueblo,García Márquez hace una alusión
melancólica hacia los años en que el tren de su natal Aracataca dio marcha por
primera vez “El inocente tren amarillo que
tantas incertidumbres y evidencias, y tantos halagos y desventuras, y tantos
cambios, calamidades y nostalgias, había de llevar a Macondo.” escribe en su
obra Cien
años de soledad. El tren Trajo al antiguo municipio los estudios
fotográficos con gabinetes ambulantes por las estaciones férreas en donde los
primeros fotógrafos retrataban momentos familiares, celebraciones religiosas y
deambulaban con su cámara en bicicleta montando su gabinete en lugares en donde el paso de los transeúntes eran el
pan de cada día.
Datos históricos encontrados en la biblioteca de Aracataca
apuntan a que,en la década de los 60’s, al enlazarse el Ferrocarril con Bogotá,
Medellín y Cali, muchas prostitutas procedentes de Córdoba y Bolívar llegaban
al pueblo, lo que llamó la atención de la población masculina del sector, que
gastaba sus pagos en la diversión y el placer ofrecidos por las trabajadoras
sexuales.
El Ferrocarril desterró la memoria social de Aracataca y de
otros pueblos de la Zona Bananera, la escasa población existente fue permeada
por la "hojarasca humana" que trajo consigo, lo cual generó la
amnesia histórica y cultural de estos pueblos, el chisme y el interés por
conocer la vida del otro.
Actualmente la Estación del tren de Aracataca es considerada
monumento histórico nacional, así lo asegura el ex director de la casa de
cultura del poblado Ancisar Vergara“La estación de Aracataca es
patrimonio nacional por decreto del ministerio de educación desde el 13 de
Marzo de 1998. La mayoría de las estaciones del país lo son, pero la de aquí es
muy especial porque cuando Gabo vino a vender su casa en 1950, se trasladó en
tren desde Barranquilla y fue el momento en que vio la finca Macondo”. Sin
embargo, sus puertas estáncerradas, y no
entran ni salen viajeros como en sus años de gloria;sólo transitan trenes con
carbón polucionando el ambiente y generando infecciones pulmonares en los
habitantes del corredor férreo. Para los cataqueros que pasan por el lugar, es
una odisea atravesar las vías férreas, temen no ver los letreros que les
permiten seguir o detenerse en el momento exacto y que el tren los tome por
sorpresa.
Por otro lado, los Gobiernos Nacional y Departamental están
trabajando para implementar un corredor turístico Santa Marta-Fundación, este
proyecto se espera a que esté listo a comienzos del 2014.Del mismo modo, la
Fundación Leo Matiz, en honor a este ilustre fotógrafo procedente de Aracataca,
ha llevado a cabo gestiones para realizar un museo en una de las oficinas en
donde operaba la estación.Se mostrarán allí sus mejores fotos,aspectos de su
vida y su trayectoria.
Aunque un poco descuidada con el transcurrir de los años,
este patrimonio histórico es símbolo de orgullo para los lugareños de
Aracataca, quienes esperan que los proyectos enunciados no sólo se cumplan,
sino que también resurja el turismo en el pueblo, y la estación vuelva a ser
concurrida y reconocida a nivel nacional e internacional, reviviendo así sus
años dorados.
Presentado por:
Las felicito niñas por este importante trabajo que han publicado y que es de interés para todos los colombianos y muchos extranjeros.
ResponderEliminarCordial saludo, Fabio P.