Perros negros, llantos de bebés y hasta sacrificios, son parte de la fantasmagórica historia que encierra una de las construcciones coloniales más emblemáticas de ciénaga.
Mantenida en el olvido se encuentra
una de las edificaciones más emblemáticas de ciénaga, reconocida entre los
habitantes del sector como un lugar tenebroso por una escalofriante razón,
habita el diablo.
Hace aproximadamente 90 años un
hombre proveniente de Pivijay, magdalena, de aspecto delgado, piel oscura y
gran altura llamado Manuel Varela,
llegaba al municipio de ciénaga con el fin de asentarse en el lugar y
así tomar provecho del auge económico que estaba teniendo la zona a causa de la
producción de bananos. Varela, obtuvo éxito casi inmediato en todos los
negocios que se propuso, consiguiendo así una popularidad entre los habitantes,
que al tratar de explicar los hechos abdujeron el éxito de Varela a un pacto
con el diablo.
Su casa principalmente conocida como
“La manuelita” de aspecto republicano y toques franceses, comenzó a ser objeto
de múltiples historias paranormales llegando al punto de generar terror con
sólo pasar por el callejón Bucaramanga, dónde está situada. Teresa Russo, actual habitante de la casa,
recuerda las historias que solía escuchar en su infancia temprana, que iban
desde las desapariciones de los empleados de Varela, el hallazgo de un cadáver
en el patio de la casa, los relatos del avistamiento del mismo diablo en los
interiores del lugar y hasta le adjudican la masacre de las bananeras.
Actualmente casi inhóspita se
encuentra la casa que perteneció a Varela. Matas, hojas, basura, escombros y
constantes olores desagradables son desprendidos de lo que queda de la
magnífica construcción que por su tiempo y legado se ha convertido en
Patrimonio Histórico de la Nación.
Russo, se llena de dolor y nostalgia mezcladas al
observar la deplorable situación de la casa que desde hace 10 años para acá han
prometido arreglar y aún no se tiene respuesta alguna.
Adolfo Herrera, actual “bicitaxista”
del pueblo, habla con asombro y temor con respecto a las historias que
frecuentemente se cuentan y que toman un auge para ésta época de Halloween. Herrera, con una expresión
temblorosa y distante relata la historia que habla acerca de la presencia de un
perro negro que todas las noches se posa en la esquina del lugar, también habla
de haber escuchado constantemente los llantos de un bebé, incluso de haberlo
visto caminando por los alrededores de la casa.
Por otro lado, la señora Edzi Mozo
vecina de la casa y amiga del ya fallecido Manuel Varela, habla con jocosidad y
sátira acerca de las historias paranormales que cuentan de la casa. “En los 60
años que he vivido acá jamás he visto algo raro, ni siquiera cuando trabajaba
para Manuel. Y ahora vieja hemos rumbeado casi todos los diciembres en el
frente de la casa y jamás he visto nada raro que no sean los locos que se
metían en la casa” Relata, Mozo.
Entre historias paranormales, sucesos
históricos y promesas de restauración que aún no llegan, se encuentra la casa
que de una manera u otra se ha convertido en baluarte histórico para los
habitantes de Ciénaga.
Ricardo Rodriguez |
Víctor Castellanos |
muy buena crónica, me atrapó la historia
ResponderEliminarFELICITACIONES
ResponderEliminarme encanto
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