El ocaso del Liceo Colombia

Crónica sobre el cierre de una institución educativa insigne de Santa Marta.

Por Jesús David Pinilla Vega

En la calle 18 con carrera 17 descansan los restos de una reliquia institucional, llamada el Liceo Colombia, que se fue acabando poco a poco por el mal funcionamiento que se le dio y cumple siete años de haber cerrado sus puertas al público.

El colegio fue fundado en 1951 por Catalina Correa, dueña y rectora de la institución hasta el año de 1972, cuando empezó a enfermar y por este motivo dejo la dirección del colegio a Marta Hurtado. “Hasta 1999 el colegio fue excelente, llego a tener más de mil alumnas y tenía una buena administración, siempre nos pagaban a tiempo”, recuerda Marina Medina, quien fue aseadora del colegio.

La institución empezó a perderse debido al cambio de directriz que se dio en el año 2000, cuando la señora Catalina Correa al morir decidió darle las riendas del colegio a un familiar.

La mala administración llevo al colegio sumió al colegio en una crisis, el número de estudiantes que ingresaban comenzó a reducir y muchas de las estudiantes empezaron a retirarse de la institución, debido al mal estado de la infraestructura y el incumplimiento del pago a los trabajadores.

Muchos de los trabajadores decidieron renunciar por los retrasos de sus pagos. Finalmente en el 2007 el Liceo Colombia fue cerrado por mala administración.

Marina Medina, una madre soltera con dos hijos, quien amenazó con demandas a la dirección, y logró que el colegio como forma de pago le permitiera vivir en las instalaciones del plantel por los varios años.

Actualmente la infraestructura del colegio es pésima, las paredes agrietadas como si una catástrofe hubiese pasado por ahí, la pintura de las paredes marcada por la humedad dando una aspecto fúnebre al lugar, los salones con un gran número de sillas arrinconadas en muy mal estado, el palo de mango que daba sombra en los recreos a los estudiantes fue cortado, y la estatua de la Virgen María, la imagen emblemática del colegio fue destruida.

Sandra Gómez, egresada del año 1999 recuerda que, “varios de los mejores años de mi vida los pase en el Liceo Colombia y muchas de mis mejores amigas estudiaron conmigo, me pone triste pasar por ahí y ver el colegio cerrado”.

Todo el lugar se convirtió en algo irreconocible a como lo era en sus mejores años, dejando solo el recuerdo vivo de lo que fue en las alumnas que pasaron por esa institución. Muchas de las egresadas sienten el dolor de ver su colegio en un estado tan malo.

La historia del colegio es como el árbol que en el permanecía, el cuidado que se le dio a este permitió que creciera enormemente brindándole un ambiente cálido y pacifico al lugar, dando frutos excelentes, al pasar de los años este se mantuvo hasta que dejaron de cuidarlo haciendo que sus raíces desfallecieran y por última alternativa fue cortado.