Por Nelson Arias
Betty Suarez se despierta cada día y mientras echa un poco de agua en su rostro y se observa en el espejo, recuerda y al mismo tiempo trata de olvidar la misma rutina que cumplía hace 14 años en las mañanas frías y nebulosas de Mariangola (Cesar), para luego salir y recorrer el pueblo y buscar qué hacer para el desayuno.En su recorrido, observa las matas de guineo tronchadas por la ráfaga de disparos que eran una de las muestras del incesante combate entre los paramilitares y guerrilleros que habitaban y atosigaban la zona.
En su encuentro con otros habitantes del pueblo, entabla conversaciones en las que le cuentan el saldo de muertos que dejó el combate de la anterior noche con la angustia y anhelo de no escuchar el nombre de algún amigo o familiar. Es así su vida luego de que en los últimos casi 4 años de vivir en el pueblo fuese víctima del conflicto armado que tiene hoy un poco más de medio siglo en Colombia en la lucha por intereses políticos y de poder.
Mientras realiza las compras para la alimentación del día, escucha las conversaciones en las que se presagian mayor hostigamiento y hostilidad por parte de las fuerzas armadas y también conoce las noticias sobre algunas personas del pueblo las cuales son desaparecidas tras la información que suministra un informante a los grupos armados, en las cuales se plasmaban los intereses personales en contra de algunas de las personas del pueblo, como lo fue la de un joven fotógrafo, que en su labor y trabajo salía a tomar fotos en la sierra y éste fue tomado como espía y desaparecido por uno de los grupos militares, expresamente por la guerrilla.
El informante, quien era un joven conocido por los habitantes, fue quien de la noche a la mañana se convirtió en verdugo de sus vecinos, amigos e incluso familiares para sólo rendir informe al grupo al que él creía era una salida mejor en su vida, teniendo poder y ayudando a sembrar terror en los habitantes.
Fue así como un día, uno de los miembros del grupo se percataron de algunos engaños que tal joven cometió. Fue llevado un día para presentar su informe y mostrar las fosas donde los cuerpos de las personas asesinadas a su orden, mientras le preguntaba a uno de los uniformados para quién iba a ser un agujero recién cavado y este uniformado lo empujó dentro y acabó con la vida del informante.
El trabajo en la sierra era el más complicado no sólo por la labor de ir hasta el lugar y hacer los trabajos de la tierra, sino también por el miedo que se tenía de ser tomado como espía o colaborador de la guerrilla, en este caso por parte de los paramilitares.
Si se tenía una tienda se estaba en el riesgo de ser despojado de algunos de los productos que se vendían, y también el riesgo de ser tomado como colaborador del grupo que tomara el negocio.
“Eran los dueños del pueblo”, si se tenía una moto te la quitaban y al día siguiente te tocaba verlos manejando tu moto o comiendo lo que habías conseguido para el día.
El desarraigo y el olvido son los sentimientos que eligió sentir Betty, una de los millones de víctimas de desplazamiento forzado en Colombia a causa del conflicto armado interno. Betty, quien mientras contaba lo poco que recordaba no sólo por el dolor que vivió sino por los años en su piel y su vida pese a que conoce y enfatiza la frase, “quien olvida su historia está condenado a repetirla”, anhela no sólo para ella, sino para todo un país el deseo casi utópico de un país en paz.
El valle de Upar fue la tierra que le acogió tras vivir casi 4 años el conflicto el cual le obligó a desplazarse, dejando atrás la tierra que la vio nacer.
Gran historia, el desplazamiento forzado en Colombia es una de las problemáticas que viven los más vulnerables. Te felicito.
ResponderEliminarCada día me impresiono más de los alcances del conflicto armado colombiano, personas inocentes quedan atrapadas por esta problemática. Te felicito por este trabajo Nelson. Continúa así.
ResponderEliminarQue historia tan buena, muy interesante nelson .. estas son unas de las problematicas mas vistas, continua asi
ResponderEliminarImpactante! gran historia.
ResponderEliminarEs un lastima que personas inocentes tengan que pagar el precio del conflicto armado en Colombia ya que esta problemática los vuelve más vulnerables y causa que vivan con temor y muchas más dificultades.
ResponderEliminarBuena historia ,felicitaciones que bueno que resaltes este tema.
ResponderEliminarque feo es ver como la violencia arrebata de las manos de las personas sus sueños y por todo lo que han luchado que triste, pero interesante que nos des a conocer esta informacion ¡felididades!
ResponderEliminarLa violencia en este país es evidente, y más cuando las personas son victimas de ellas, hay que tomar prontas soluciones a estas problemáticas y nunca quedarse callado. No tener miedo a decir la verdad.
ResponderEliminarUna historia de las miles que padecen las familias victimas del conflicto armado del pais. Muy buen trabajo colega.
ResponderEliminarHay que trabajar juntos por la paz se Colombia, muy buena forma de redactar y llegarle a las personas
ResponderEliminarGran historia, el desplazamiento forzado, Muí buena redacción, compañero felicidades
ResponderEliminarGran historia, el desplazamiento forzado, Muí buena redacción, compañero felicidades
ResponderEliminarEl desplazamiento en Colombia es un gran problema que durante años no se ha podido resolver y que es la peor situación que alguien puede vivir. Buen trabajo, te felicito.
ResponderEliminarMuy buena historia. Impresionante lo que ocasiona el conflicto armado en Colombia. Excelente trabajo. Felicitaciones.
ResponderEliminarEste es un tema que lamento mucho porque conozco muchos casos parecidos, buena redacción Nelson, te felicito, algo diferente que vale la pena leer.
ResponderEliminarBuena historia. Es muy triste la violencia que vive Colombia desde hace muchos años.
ResponderEliminarLa violencia es una problemática que muchos no lamentan por que no han pasado por ella, pero me alegra que personas como tu den a relucir estas situaciones donde son incontables los colombianos que han sufrido, tienes una buena redacción Nelson, me hubiera gustado saber que piensa al algún ente administrativo respecto a esto, pero de apartándome de esto ultimo muy buena historia.
ResponderEliminarque triste ver todo el daño que la violencia le hace a millones de familias, excelente nota.
ResponderEliminarla violencia y la falta de "paz"que causan aquellos que parece no comprendieran este concepto , es la razón por la que muchas personas están en estas circunstancias! tanta maldad ,tanto odio y aun así nadie baja las armas! muy buen trabajo! felicidades!
ResponderEliminarNadie se compadece del prójimo en este país, pero cuando a uno le pasa si quieren que lo hagan con ellos. Es un sentido invidualista que tenemos y nobnos damos cuenta de las dificultades y los sufrimientos que día a día viven los colombianos. Los guerrilleros están acabado con la vida, los sueños e ilusiones de todas estad personas. Excelente investigación
ResponderEliminarEspectacular historia. Muy buen trabajo. Continua asi.
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